🧵El impresionante martirio de Perpetua y Felicidad
Te presento una historia real de un grupo de 5 adolescentes que murieron de formas atroces con tal de no entregar su fe.
De todos los martirios de la antigüedad, el de Perpetua y Felicidad es uno de los más famosos. Ocurrió alrededor del año 203. Y posiblemente Tertuliano fue quien escribió su historia.
Ellas pertenecían a un grupo de 5 jóvenes (algunos adolescentes) que se estaban preparando para bautizarse, y que fueron arrestados por convertirse al cristianismo, lo cual violaba un edicto del emperador Septimio Severo.
El “crimen” no era solo ser cristianos, sino haberse convertido recientemente.
Perpetua era una joven de buena posición social, y con un hijo recién nacido al que aún amamantaba. La acompañaban los esclavos Felicidad y Revocato, y dos jóvenes más: Saturnino y Secúndulo.
Cuando fue arrestada, su padre fue a rogarle que abandonara la fe para salvarse. Pero ella le dijo que así como no se puede cambiar el nombre de una cosa, ella tenía el nombre de cristiana, y no podía cambiárselo 📖✍️🔥.
El juicio fue largo. Las autoridades intentaron por todos los medios que renegaran de su fe.
Mientras tanto, Felicidad temía que, por estar encinta, pospusieran su ejecución y no pudiera morir con sus amigos.
¡Su anhelo era tener el privilegio de sufrir el martirio por su Señor!
Sus oraciones fueron escuchadas: en el octavo mes de embarazo dio a luz una niña, que fue adoptada por otra hermana en la fe.
Los carceleros, al verla sufrir en el parto, le preguntaron: “¿Y vas a tener fuerza para enfrentarte a las fieras?”
Felicidad les respondió: "Ahora sufro yo sola. Pero cuando esté en la arena, habrá otro en mí que sufrirá por mí, porque yo estaré sufriendo por Él."
A los varones los tiraron primero a las fieras. Saturnino y Revocato murieron enseguida. Pero con Secúndulo pasaron cosas extrañas:
Le soltaron un jabalí, que mató a un soldado en vez de a él. Después lo ataron para que lo atacara un oso, pero el oso se negó a salir.
Finalmente, él mismo le dijo al carcelero: “Un leopardo me matará de una sola dentellada.”
Y así fue.
¡Secúndulo predijo su propia muerte!
A Perpetua y Felicidad les tocó una vaca furiosa. Perpetua fue corneada y arrojada por los aires, pero se levantó, se acomodó el vestido roto, y pidió recogerse el cabello, porque el pelo suelto era símbolo de duelo, y para ella, ese era un momento feliz.
Después fue donde yacía Felicidad, también herida por la vaca, la ayudó a levantarse, y preguntó, en voz alta y con ironía:
“¿Dónde está la famosa vaca?”
Una escena que dejó sorprendidos a todos los presentes.
Ya destrozadas se reunieron en el centro del anfiteatro, se dieron el ósculo de paz (una despedida cristiana) y se prepararon para morir.
El verdugo de Perpetua temblaba tanto que no podía darle el golpe final. Entonces, ella le tomó la mano… y la guió hacia su propia garganta.
El relato cierra con esta frase inolvidable:
"Quizá el demonio la temía tanto, que no se atrevía a matarla sin que ella lo quisiera."
Una historia conmovedora, desafiante y poderosa. La fe de estas mujeres y sus compañeros ha quedado grabada para siempre.
Si querés leer más acerca de la historia de la iglesia y los mártires te recomiendo el libro "Historia del cristianismo" de Justo L. Gonzalez.
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